Hoy en día, Éfeso y Pamukkale ofrecen una mezcla perfecta de historia, naturaleza y relajación. Explorando Éfeso Éfeso es una de las ciudades antiguas más impresionantes del mundo, que ofrece una visión de cómo era la vida durante el Imperio […]
Hoy en día, Éfeso y Pamukkale ofrecen una mezcla perfecta de historia, naturaleza y relajación.
Explorando Éfeso
Éfeso es una de las ciudades antiguas más impresionantes del mundo, que ofrece una visión de cómo era la vida durante el Imperio Romano. Al caminar por sus calles de mármol, verás puntos de referencia como la Biblioteca de Celso, que una vez albergó miles de pergaminos, y el Gran Teatro, donde 25,000 personas podían reunirse para ver representaciones. Éfeso también fue hogar del Templo de Artemisa, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Aunque solo quedan algunos vestigios del templo, la ciudad está llena de ruinas fascinantes, incluidos baños romanos, templos y las hermosamente conservadas Casas de la Terraza, con sus impresionantes mosaicos.
Explorando Pamukkale
Pamukkale, o “Castillo de Algodón”, es famosa por sus terrazas blancas que parecen hechas de nieve. Estas terrazas se formaron por aguas termales ricas en minerales que fluían por las colinas durante miles de años. En la cima, encontrarás la antigua ciudad de Hierápolis, construida alrededor de los manantiales termales. Las personas han visitado esta zona durante siglos, creyendo que las aguas tienen propiedades curativas. Las ruinas incluyen un gran teatro, una necrópolis con cientos de tumbas y la Piscina Sagrada, donde puedes nadar entre columnas antiguas que cayeron durante los terremotos hace mucho tiempo.
Sobre la zona
Éfeso se encuentra cerca de la ciudad de Selçuk, donde también podrás encontrar el Museo de Éfeso, lleno de tesoros de la antigua ciudad. El cercano pueblo de Şirince merece una visita por su ambiente tranquilo y sus vinos caseros de frutas. Pamukkale, por otro lado, está en la región de Denizli, rodeada de un impresionante paisaje campestre y conocida por sus fuentes termales. Ambos lugares son de fácil acceso desde ciudades como İzmir o Denizli y son destinos imprescindibles para cualquier persona que visite Turquía.
